octubre 03, 2005

Peras al olmo



Cómo sabrán, el viernes celebramos el día interncacional sin auto. Basofía, un charade dirán, los mismos pelagatos de siempre. Y es cierto, yo anduve por la Alameda como 10 veces así como para rellenar, porque de verdad ténía la intención de ir a la U por ahi y para contarle a mis nietos que su abuela anduvo casi de Plaza Italia a Teatinos por la principal avenida de Chile sin manos. Y al final de la noche, en la cicletada estabamos los mismo de siempre. (Bueno, las mejores excepciones fueron esos guapetones que aparecieron en la feria, o sea, quién fuera bicicleta pa...)

Me desperté esa mañana y en el programa del Pato Cuevas, la gente llamaba y unos decían recién pasé por la Alameda y no había nadie -obvio, era el día sin auto no el guiness record de cuantas cletas caben en la Alameda y la idea era pasar por ahí y no quedarse a hacer picnic- otros que porqué no lo hacían en todo Chile -alegan igual- o en toda la ciudad -alegan igual- o en otras calles -alegan igual-.

Una fila weona de autos preguntandole a carabineros por donde tenían que doblar, un tipo salío en la tele - a todo esto el 13 y TVN dieron la noticia al mismo tiempo así que masacre del pre channel para poder verlas- que no sabía, que como no avisan. Para mí ese weon no sabe donde está parado. Y así los que apoyaban y los que con sonrisa burlona me decían que "útil" lo del día sin auto.

Claro que es tonto, iluso, de parte de los que andamos en bicicleta perdirle a una persona que se baje de su auto y use el transporte público, uy no que lata tomar el metro, menos la micro.

La verdad es que en este país no se les puede hacer nada a los llorones de los automovilistas. No les subamos la bencina a los niñitos -subirsela deberían, para que no anden tanto- hagámosle autopistas para que lleguen más rápido -las cuáles OK son la cagá, se llega de una, enanos tiran flores en el camino y al final hay un becerro de oro, pero a fin de cuenta de aquí a 5 años más el taco se lo maman igual- y así suma y sigue para transformar a Santiago, el hoyo putrefacto en que vivimos y que yo adoro, en un paraíso automovilístico.

Yo la verdad no sé si el efecto de corte de la Alameda que fue hasta las 18.30 no más, se sintió én el área o en todo Santiago, pero yo creo que es sólo una muestra de lo que va a pasar si todos siguen comprandose autos.

Así que si ustedes pensaban que esta celebración -que en otros países se ve tan bonita- fue ridícula, no se imagina como fueron las anteriores. Sí, años antes también se celebró y eran del tipo somos 30 pelotudos parados en la rotonda de plaza Baquedano y tratamos que nos pesquen (o así recuerdo la que fui). Así que si estuvieron en un taco no saben cuanto me alegro porque si entraron en colapso y empezaron a tocar la bocina como energumenos fue gracia a los ciclistas -y organizaciones varias más gobierno- que apoyaron y que les cortó un parte de calle.

Y quién dijo que no nos hacíamos notar!!

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