noviembre 09, 2004

A pata suelta

Hoy como nunca, después que sonó el despertador me quedé durmiendo un rato más. Esa sensación única que se produce algunas veces... no siempre... cuando la cama está calentita, la almohada está perfecta, no importa la posición que te pongas siempre quedas cómoda(o), afuera estaba nublado pero no hacía frío, y lo mejor de todo... tienes sueño y puedes seguir durmiendo.

Claro que no todo es color de rosa, pésimo día en la u. Debí suponerlo después de tener una mañana tan buena.

Así que nada mejor para equiparar un día pesado que una rica siesta, parecida a la sensación de la mañana pero con menos luz.... ojojojojojo. Últimamente la definición de un buen día podría ser esa, quedarse en cama todo el día (aunque en verano no creo que sea muy rico)

No hay comentarios.: